Suso llegó al Liverpool con 16 años. Era el verano de 2010. La fenomenal pierna izquierda que atesora había traspasado fronteras. "Hay un chico en el Cádiz que es una maravilla", se apresuraron en recomendar los ojeadores de la zona. Barça y Madrid se interesaron, aunque el gaditano optó por el Liverpool. Más arriesgado, más lejano, más exótico. Pero también muy común. Cada vez más. Y es que la fórmula parece que funciona. El propio Suso es el último ejemplo. A sus 18 años escucha retumbar en Anfield el You'll never walk alone como titular de los reds. Casi nada.
El camino lo inició Cesc Fàbregas dejando el Barcelona por el Arsenal cuando aún era cadete. Por aquel entonces, en 2003, abandonarlo todo por irse a un conjunto extranjero era una temeridad. Sin embargo, después le siguieron otros adolescentes a los que también les salió bien la apuesta. Es por eso que el espejo siga reflejando casos entre la actual cantera española. Futbolistas que saltan de un filial de Segunda B a hacerlo en la máxima élite. Carvajal (Leverkusen) y Joselu (Hoffenheim) dieron ese paso este verano desde el Castilla. Antes lo habían protagonizado los también exmadridistas Rodrigo (Benfica) y Marcos Alonso (Bolton) o los exculés Rochina (Blackburn) y Romeu (Chelsea).Los hay que no esperan ni siquiera a ser mayores de edad para aceptar el reto. Ha ocurrido estos últimos meses con Nico Cañizares y Héctor Otín, fichados por la Juventus del Rayo y el Zaragoza, respectivamente. También con Pozo, que dejó el Madrid por el City. No es esporádico. Cada temporada hay fugas considerables de varios chicos con futuro. En la anterior fueron Denis Suárez -del Celta al City- o Bellerín y Toral -del Barça al Arsenal-. Previamente Obiang -del Atlético a la Sampdoria- o Carmona -del Barça al Milán-. Los que antes fichaban talentos brasileños se apresuran por hacerlo ahora con los españoles. Ya hay casi 60 por Europa. Y muchos triunfan.
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