31 ene 2013

Qatargate Olímpico



El escándalo del Qatargate publicado por France Football en el que se acusa a la candidatura de corrupción y compra de votos, sigue dando que hablar después de que se desvelaran nombres como el de Ángel María Villar, Pep Guardiola o Nicolas Sarkozy como posibles implicados en la trama. El caso recuerda al vivido hace 14 años en el seno del movimiento olímpico, cuando una denuncia del suizo Marc Hodler sobre irregularidades en el proceso de selección de los juegos de invierno de 2002, hizo tambalear por completo al Comité Olímpico Internacional.


Acoger un gran evento deportivo se ha convertido en la panacea económica de los aspirantes. El saldo anunciado hace pocas fechas por los organizadores de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, ha dado la razón a aquellos que confían en que los macroeventos significan un enorme impulso para la actividad monetaria, y que su legado posterior ha abandonado los deficitarios resultados que dejaron tiempo atrás el mundial de España 82 o los Juegos de Montreal 76 por ejemplo.

En una situación caótica como la española, Madrid vuelve a la carga en su misión de obtener la cita olímpica de 2020, aunque las dudas sobre la conveniencia de traer de nuevo los Juegos a nuestro país no hacen más que crecer día a día, sobre todo cuando casos como el juicio por la Operación Puerto desvelan la inoperante actuación de la legislación española a la hora de plasmar una lucha real contra los grandes enemigos del deporte: el dopaje y la corrupción. El Qatargate ha vuelto a situar al presidente de la Real Federación Española de Fútbol Ángel María Villar en el centro de la polémica, y eso, sean ciertas o no las acusaciones de France Football, representa un flaco favor a las aspiraciones de transparencia en nuestro deporte.

España aspira a organizar grandes eventos con la esperanza de revertir la situación económica. Y es que sobre todo el mundial de fútbol se ha convertido en un negocio demasiado suculento para las candidatas; Catar no ha escatimado en recursos para llevar a su país el mayor acontecimiento deportivo del mundo, y como parece, la carrera hacia el mismo no ha sido limpia. La FIFA, en su intento de extraer la mayor parte del pastel, no ha puesto demasiados impedimentos a la hora de decantarse por los petrodólares rusos para el mundial de 2018 y por la desmesurada economía de las fortunas cataríes que todo lo pueden comprar, hasta jugadores para su selección nacional si es preciso.

El máximo organismo del fútbol mundial no quiere que vuelvan a repetirse casos tan sonados y dramáticos como el de Colombia 86, que tuvo que renunciar a su mundial al no cumplir los plazos. La anunciada expansión del fútbol que proclaman, no es más que un intento de esconder la realidad que en la mayoría de ocasiones ha movido al estamento. Ya en 1984, justo después del anuncio de boicot por parte del bloque comunista a los Juegos Olímpicos de 1984, los miembros del comité ejecutivo de la FIFA cambiaron de forma drástica su preferencia para la sede del mundial de 1990. Unión Soviética partía con todas las papeletas, pero finalmente el campeonato se fue a Italia, como lo haría después a Estados Unidos en busca de un mayor impacto económico.

El escándalo catarí, que parece mayúsculo por la dimensión de las cifras y el estatus de los implicados, quedará probablemente en el olvido o adornado con tímidas respuestas. El poder de los implicados es demasiado grande como para proceder a un gran cambio en las organizaciones que rigen el fútbol. En todo caso, el aviso a la FIFA ha sido claro, y el oscurantismo sobre Catar 2022 también será inevitable desde este momento, como lo fue en su día para el Comité Olímpico (CIO) tras el escándalo de Salt Lake City. Aunque analizando la situación de 1999, se puede extraer que el organismo presidido por Samaranch pudo salvar el obstáculo mejor de lo que se esperaba.




Ni el positivo de Ben Johnson provocó tanta convulsión como las filtraciones que salieron a la luz en diciembre de 1998; fue el golpe mas duro al que se tuvo que enfrentar Juan Antonio Samaranch en el poder. Reconocido por el fallecido ex-presidente como su peor momento al frente del CIO, aquellos cuatro meses amenazaron con romper de forma definitiva la estabilidad del movimiento.

El proceso que designó a Salt Lake City como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002, tuvo tan poca limpieza como otros, pero las acusaciones directas de sobornos con pagos en becas o ayudas para hijos de miembros de la asamblea, significó un escándalo mayúsculo en su día, que tuvo como consecuencia la exclusión de miembros del CIO, la dimisión de parte del comité organizador y la búsqueda de una mayor transparencia en el proceso de elección.

Fueron meses duros, muy duros, a los que se sumó para Samaranch un nuevo problema, el fútbol y su mundial. Porque coincidiendo con el proceso de Salt Lake City, la FIFA amenazó con organizar un campeonato del mundo cada dos años. Si esto pasaba, la IAAF (Asociación Internacional de Atletismo) cambiaría el suyo a los años pares, con el fin de que el mundial de fútbol no solapara sus ingresos, y lo que era más grave... se reservaba la opción de no permitir participar en los Juegos a atletas mayores de 23 años, a imagen y semejanza del fútbol.

En la práctica nada de esto sucedió, y afortunadamente el mayor caso de corrupción de la historia olímpica fue solventado con ceses fulminantes y una intención real de modificar el comportamiento de candidaturas y electores. El aviso fue entendido por el Comité Olímpico, y aunque han existido casos aislados de malas conductas y el dinero sigue jugando su papel primordial, la realidad es muy distinta a la que parece ocurrir en la FIFA.

Está por ver si el máximo estamento del fútbol mundial pone fin a escándalos de esta índole. De momento, el CIO ya le ha metido un gol por la escuadra excluyendo a Doha de la lista de candidatos para organizar los juegos de 2020, a pesar de las influencias económicas que existían. El tiempo dirá si el Qatargate se convierte en el gran símbolo de las verdaderas conexiones que rigen el destino del fútbol mundial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares